domingo, 4 de noviembre de 2007


::::((SOY COMO SOY, ALGUIEN DEBE SERLO))::::

Por la mañana me levanté ajena a lo que me iba a pasar aquel día. Ese día me operaban por la tarde y los nervios ya empezaban a apretarme con fuerza, casi conseguían ahogarme. Subí la persiana de mi habitación y comenzaron a entrar los primeros rayos de sol, poco a poco la luz penetró por todos los rincones.

Como todas las mañanas desde hacía tres semanas, miré la maquina aún envuelta en el plástico transparente que la cubría por completo. Era bastante grande, de color azul celeste con detalles en blanco. Cuando me la regalaron venía metida en una caja con lazo rojo enorme en una de las esquinas, sospeché que dentro habría algo genial. Mi abuelo me dijo que era una maquina mágica, supuestamente con aquel trasto podría cambiar todo lo que no me gustara de mí. Le di las gracias, pero en el fondo lo que acababa de contarme me parecía realmente absurdo. El caso es que ahí estaba la máquina tal y como el primer día.

Cuando iba a desayunar puse, al salir de la alfombra de mi habitación, los pies en el parquet y mis dedos quedaron encogidos al notar sensación de frío. Me miré los pies y me di cuenta de que estaban bastante lejos de ser perfectos, el pequeño se montaba un poquito encima del otro más grande y el dedo gordo estaba algo torcido en ambos pies. Mi madre se cruzó en mi camino, pisándome el pie izquierdo dejándome los dedos aún más encogidos. Se disculpó pero yo la contesté muy mal y comenzamos a discutir.

Volví a la habitación y miré la máquina de nuevo, esta vez de otra manera. Quité el plástico y observé el complejo panel, situado a un lado, lleno un montón de botones. Empezó a entrarme curiosidad, cogí las instrucciones y aunque no estaba del todo convencida, me metí dentro de la máquina para comprobar qué había de cierto en todo aquello que mi abuelo me había contado.

Para cambiar defectos físicos, leí en las instrucciones, había que pulsar el botón azul y una vez presionado, escribir lo que quería cambiar y esperar. Lo hice, pulsé el botón y escribí: quiero que mis pies sean bonitos, que el dedo pequeño se coloque en su sitio y que el dedo gordo se ponga recto. Esperé unos minutos y allí parecía no pasar nada. Abrí la puerta, iba a salir cuando miré hacía abajo , mi boca y mis ojos se abrieron al máximos formando una mueca de auténtica sorpresa al ver mis pies sumamente perfectos. Sin pensármelo dos veces volví a meterme dentro para continuar los cambios. Pulsé otra vez el botón azul, esta vez escribí: quiero ser más alta.


Me sorprendía que todo aquello pudiera estar pasando, pronto le cogí el gusto a eso de poder cambiar todo lo que no me gustara de mí. Después de los pies y la altura hice que mi pelo se volviera mas largo y liso. Físicamente había terminado.

Debido a la pequeña discusión que acababa de tener con mi madre pensé en cambiar mi fuerte carácter, que aparte de aquello ya me había traído otros problemas fuera de casa más de una vez. Escribí en la máquina que quería saber controlar mi carácter, tener más paciencia y ser más valiente, ya que la intervención quirúrgica que me esperaba por la tarde me tenía completamente asustada.


Me había convertido en una persona nueva.

Ese día en el instituto todo fue muy raro, ahora había algo en mí que no lograba convencerme. A pesar de que ahora era más paciente y no me enfadaba tanto ni gritaba, creo que mis amigos echaban de menos, no el hecho de que me enfadara con ellos o gritara, sino el hecho de que era el carácter algo característico de mí que me hacía ser diferente.

Al volver a casa, quería volver a ser como antes, el proceso era el mismo pero cambiando el orden de pulsar el botón. Ya volvía a tener el carácter de siempre y otra vez miedo a la operación, no se por qué, pero terminó por gustarme esa sensación.

Mi pelo volvía a tener ondas y a ser más corto.
Al ver mis dedos de los pies de nuevo desordenados, me di cuenta de que no eran tan imperfectos, sin embargo la altura que me había añadido, preferí conservarla. (jaja)









P.d: lo de los pies es mentira, mis pies me gustan mucho. A demás tengo una obsesión (yo creo que grave, jaja) con los pies. Es en lo primero que me fijo cuando alguien lleva sandalias, chanclas o va descalzo. Si lo primero que veo de alguien son los pies y no me gustan...buff malo,malo... En fin…cosas raras.

En cuanto a la altura ¡ojala existiera la máquina!Me gustaría tener mínimo 10cm más...:P

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